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Pedazo de Atmósfera

La caída de producción en la televisión argentina derrocha su tradición cultural en artes escénicas

14/05/2024

Paradoja: mientras una profunda crisis paraliza el sector, sobran jóvenes talentos artísticos y técnicos que no paran de formarse para una industria modelo en Latinoamérica desde 1951; creció con fuerza en los 60; tuvo un gran despegue en los 90; desde 2010 inició un lento declive que ya es un derrumbe

En siete décadas y con los vaivenes de la inestabilidad política y económica que atraviesan ese lapso, con nacionalizaciones, intervenciones y concesiones a manos privadas, la televisión argentina pudo ofrecer una amplia variedad de programas que abarcan desde telenovelas, comedias, talk shows hasta noticieros y programas de entretenimiento.

Sin embargo, la percepción de la calidad de la televisión abierta argentina en su totalidad como tal desde sus orígenes ha sido un tema de debate tanto dentro como fuera del país.

El streaming fluye sin parar

Cuando ese debate no estaba aún agotado, aparece disrruptivamente en escena el streaming, que agrega desafíos inimaginables a la producción de TV y suma nuevos contenidos y soportes. Se le agrega el Over The Top (OTT), o sea las grandes corporaciones como Google, YouTube, Amazon, Netflix, y otras que dominan la difusión en Internet.

De modo que se registra un alarmante desequilibrio en la producción y emisión de producciones nacionales respecto de productos extranjeros. Ya va casi un semestre sin una sola realización ficcional en la industria local.

Crisis de la crisis

En ese panorama dinámico y plagado de tensiones por la competitividad, la TV y los medios deben adecuarse a la nueva crisis: la realidad “multiplataforma”.

Actualmente aproximadamente la mitad de los contenidos audiovisuales se muestra en smartphones, laptops, tablets y PC.

De esa audiencia, solo quedaría menos de la mitad para la TV abierta, que de todos modos es un fenómeno social que reúne a todas las generaciones cuando se trata de acontecimientos o espectáculos masivos que suscitan identidad de algún tipo, como mundiales de fútbol, mitines políticos, o grandes recitales, entre otros. El resto de los espectadores, más del 50%, recurre al on demand.

En síntesis, se observa un descenso en la calidad de guiones, ambiciones artísticas y propuestas innovadoras. La televisión abierta en particular ha caído en un circuito de contenidos repetitivos y de bajo valor cultural.

Esta crisis se ha visto agravada por algunas medidas implementadas por el gobierno actual que han afectado negativamente a la industria televisiva. Los recortes en los fondos destinados al fomento audiovisual, la reducción de incentivos fiscales y el aumento de impuestos a las productoras han limitado aún más las ya escasas posibilidades de financiamiento.

Primera señal de ajuste de Canal 7 LR3 Radio Belgrano Televisión, fundado por Jaime Yankelevich en 1951
Señal de ajuste, en 1951, del Canal 7 LR3 Radio Belgrano Televisión (actual TV Pública), fundado por Jaime Yankelevich

Asimismo, la devaluación de la moneda local y la inflación descontrolada han encarecido extraordinariamente los costos de producción, haciendo muy difícil concretar proyectos ambiciosos. Varios canales y estudios han tenido que recortar personal y disminuir drásticamente su actividad.

A ello se suma un marco regulatorio inestable y cambiante que genera incertidumbre y desalienta las inversiones a largo plazo que requiere el desarrollo de contenidos de calidad.

También es verdad lo que algunos críticos han señalado, y que denuncia sin matices el gobierno actual para fundamentar la cuestionada privatización de la TV Pública: que la televisión argentina ha estado politizada, con cambios frecuentes en la línea editorial que a menudo coinciden con los cambios de gobierno.

En un artículo sobre el proyecto de privatizar el canal estatal, CNN en Español citó a Martín Becerra, profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes y especialista en medios y política, quien sostuvo que “(La TV Pública) siempre estuvo politizada. Hubo etapas de mayor o menor intensidad, está en el ADN”.

Extinción de la telenovela y agonía de las series nacionales

Según la estadística del Anuario 2023 de Obitel (Observatorio Iberomericano de la Ficción Televisiva) “la evolución de los formatos en el último quinquenio permite advertir la cuasi desaparición de la telenovela nacional de estreno de la pantalla de la televisión abierta”.

Agrega que “también disminuyen los formatos cortos (series, miniseries,
unitarios), aunque estos últimos […] reaparecen como el formato predilecto de la ficción argentina en las plataformas de VoD (Video On Demand)”.

Los datos inquietantes señalan: “Tomando el periodo 2018-2022 se observa una caída del 45% en la cantidad de títulos y del 53% en la cantidad de horas. Este último indicador se hunde más ante la desaparición de la telenovela y el incremento de los formatos cortos, que aportan menos horas y
ganan más peso relativo en la programación”.

Pocos estrenos locales en 2022

Informa Obitel que en 2022 la cantidad de “estrenos nacionales permanece estable en relación al año anterior” y aclara que este número total está “distorsionado por el lanzamiento, en El Trece, de capítulos únicos a modo promocional de series realizadas exclusivamente para la plataforma Star+”.

Lo anterior hace referencia a las emisiones en El Trece solo de los primeros capítulos, como promoción, de El Encargado, Santa Evita, Los Protectores, y Robo Mundial.

Observa Obitel que “las 144 horas de estrenos nacionales de 2022 están muy lejos de las
más de 1000 horas de una década atrás, por lo que se consolida un proceso de desplazamiento de la ficción argentina desde la televisión abierta hacia las plataformas”.

Prehistoria de un largo camino

El presidente argentino Edelmiro Farrell, acompañado de sus ministros y el vicepresidente Juan Domingo Perón, observa la prueba experimental de televisión en la Argentina, 1944 (Archivo General de la Nación)

Dado el ímpetu y arrebato de los cambios en la industria actual, parece que se habla de prehistoria cuando se menciona, sin exitismos ni visiones corporativas, que la TV abierta local, en comparación con otras de América del Sur, fue calificada -con vaivenes- como muy buena y creativa entre los 60 del siglo XX y hasta mediados del 10 del siglo XXI.

Sin embargo, en una reseña “prehistórica”, abarcativa y provisional, se puede conjeturar que la TV argentina comienza a tener sus incipientes caídas de calidad y diversidad a partir de mediados de los 70.

Después de los 80, tuvo un renacimiento tras la dictadura; que reflejó más la ruptura de la censura y la autocensura impuesta por el régimen, mediante la introducción de formatos y contenidos que resultaron transgresores de la moral y la corrección política legadas del pasado pero no avances sustanciales en la calidad y creatividad.

Entonces era aplaudido decir malas palabras, ser insolentes pero no valientes, y exhibir -moderadamente- cuerpos semidesnudos. En cambio no había demanda del público promedio, ni interés de los canales y productoras públicas y privadas, de una oferta de guiones de ficciones que no estuvieran impregnadas de la carga ideológica consecuente de las secuelas y heridas de la dictadura.

El reencendido artístico y tecnológico de los 90

A partir de los 90 la televisión soltó en gran medida la dolorosa carga ideológica de la década anterior y produjo series y unitarios que iniciaron un nuevo modelo de realizaciones de enfoques más neutrales, con nuevos aggiornados guiones, al igual que novedosas y atractivas composiciones, estilos y dinámicas de encuadre, dirección de cámaras, edición y puestas en escena.

Las productoras de televisión y audiovisuales 2024
Las productoras audiovisuales de la actualidad (Crédito: https://television.com.ar)

Esa transformación fue impulsada por la mayor participación privada en los medios, estimulada por el sesgo en favor de la economía de mercado del gobierno de Carlos Menem. Surgen así las nuevas productoras independientes: Pol-ka, de Adrián Suar; Ideas del Sur, de Marcelo Tinelli; Cuatro Cabezas, de Mario Pergolini y Diego Guebel; Underground, de Sebastián Ortega; PPT, de Diego Gvirtz; GP Producciones, de Gastón Portal.

Fueron años en que éxitos memorables convocaban a las familias en las noches: Zona de riesgo (por Canal 13, 1992); Poliladron (13, 1995); Gasoleros (13, 1998); Vulnerables (13, 1999); Campeones de la vida (13, 1999); Okupas (Canal 7, 2000).

El salto de calidad se dio junto y paralelo a la incorporación de revolucionarias tecnologías de estudios, locaciones, cámaras, switchers de video, consolas de sonido, islas de edición, y otras facilidades.

También en los 90 evoluciona la tecnología de los televisores domésticos. En 1997 nació el primer equipo con pantalla plana de plasma (Philips, de 42 pulgadas), aunque era inalcanzable por su precio de más de 16.000 euros. En 2002, llegaron los LCD, y en 2004, los LCD con retroiluminación LED. Y los avances siguieron. En 2014, surgieron las definiciones 4K y 8K, y seguidamente las tecnologías QLED y OLED. Todo gracias a la paulatina y exponencial llegada de la era digital, que avanzo definitivamente después de los 2000.

Argentina, tierra de amor y venganza
Una de las últimas ficciones exitosas antes de la crisis: “Argentina, tierra de amor y venganza”. Emitida y distribuida por El Trece, producida por Pol-Ka, fue lider en 2019, su primera temporada de 205 capítulos

Hoy se suma la Inteligencia Artificial (IA) que ya produce cada vez más perfeccionadas imágenes fijas, videos y sonidos con solo ordenarlas mediante una salida de texto que comunique al robot los contenidos deseados. Lo cual es un horizonte que afectará no sólo a la TV y los soportes audiovisuales de cualquier formato sino a la humanidad toda.

En tanto, vale decir que hoy por hoy no existen estadísticas fiables sobre la evolución cualitativa ni de variabilidad de contenidos originales de la industria de TV argentina.

En el contexto de las crisis y su influencia en el humor de los argentinos, los datos de audiencia muestran una preferencia por los programas de entretenimiento sobre las ficciones más ambiciosas.

Para no abundar en alusiones a pasados ya no representativos por los formidables cambios que desarrolló la industria, el balance de los últimos cinco años, por referir un período cercano, no es positivo en la visión de secciones especializadas de medios internacionales. Cabe aclarar que tales visiones son muy poco frecuentes en la prensa mundial, otro signo del descrédito de la calidad de la producción televisiva argentina actual.

Paradoja y penuria del talento

En ese punto resulta paradojal, y a la vez lamentable, que, mientras desde hace más o menos cinco años el planteamiento de la industria fue decadente y mediocre en su perspectiva, inversión y demanda de realizaciones de factura y origen local con calidad y creatividad, la oferta y formación de talentos en actores, directores, guionistas y todo tipo de realizadores audiovisuales, ha seguido creciendo y optimizándose en muchísimas escuelas, conservatorios y universidades públicas y privadas que dotan al país de un potencial de talentos que merecería mejor interés empresarial y fomento del estado.

Porque basta con apreciar los espectáculos teatrales, el stand up, los locales gastronómicos con montajes artísticos (tango) con destino al turismo, los centros culturales, los museos con salas de representaciones, o los programas de televisión con competencias de canto, baile, imitación, humor, etc., para asombrarse en cómo se revelan nuevos valores nacidos de la singular idiosincrasia “argenta”, cuyo histrionismo y apasionamiento en la expresión de las pasiones y sentimientos es parte de la naturaleza, como el mate, las medialunas y el bidet.

Así como el turismo podría ser una fuente de divisas extraordinaria por la riqueza del recurso natural de variados y bellísimos paisajes, climas y topografías de la Argentina, también las artes escénicas podrían ser mucho más productivas, exportables y de calidad, como lo fueron en épocas en las que pesaba una mayor limitación técnica en comparación con las facilidades actuales.

El talento artístico es un recurso humano disponible no solo en la metrópolis sino en remotos pueblecitos del vasto territorio argentino, cuyos jóvenes ansiosos de triunfar hoy acceden al espectáculo global con Internet.

Prueba de ello son los centenares de miles de postulantes, muchos de ellos, no todos por supuesto, con excelentes condiciones para el canto y la escena en general, que se presentan desde recónditos lugares al casting de Gran Hermano, o a La Voz, y otros ciclos semejantes.

Pero esos espacios de oportunidades para los sueños artísticos parecen extinguirse como efectos de la crisis de financiamiento y estímulo de la industria audiovisual en general, así como la llegada vertiginosa del streaming y el OTT.

Críticas desde el exterior

En tanto, en medios del mundo hay referencias que implican valoraciones eventualmente interesantes, con salvedades sobre la objetividad e imparcialidad que pudiera tener cada uno de ellos.

La muestra expresa que la mirada desde otros países sobre la calidad y creatividad de la TV local de los últimos cinco años no ha sido favorable en promedio.

Una de las principales críticas ha sido la falta de originalidad y la tendencia a imitar formatos exitosos de otros países.

La Argentina tiene una larga y rica trayectoria en el mundo del espectáculo en todas sus formas: teatro, cine y televisión. El país ha dado muestras a lo largo del tiempo de poseer un enorme talento creativo y artístico.

Cuna de grandes dramaturgos y teatro de calidad

El teatro argentino tiene sus raíces en el período colonial español, pero alcanzó su apogeo a principios del siglo XX con destacados dramaturgos como Gregorio de Laferrère, Armando Discépolo, Samuel Eichelbaum y Roberto Arlt, entre otros. Sus obras reflejaban las complejidades de la sociedad y la identidad nacional argentina con profundidad y calidad literaria.

Esta tradición pervivió con autores más contemporáneos como Roberto Cossa, Eduardo Pavlovsky y Ricardo Talesnik, quienes siguieron enriqueciendo el acervo teatral argentino con piezas aclamadas internacionalmente por su excelencia. Históricamente, Argentina ha sido reconocida como una cuna de grandes dramaturgos y un semillero de compañías de teatro de primerísimo nivel.

En el ámbito cinematográfico, el cine argentino también ha dejado una huella imborrable con películas, directores, actores y técnicos muy respetados globalmente. La época dorada se vivió en la década de 1930, cuando el cine argentino producía grandes clásicos con estrellas emblemáticas como Niní Marshall, Libertad Lamarque, y Pepe Arias.

Luego, a partir de la década de 1960, surgió una nueva ola renovadora con directores fundamentales como Fernando Solanas, Adolfo Aristarain, María Luisa Bemberg y un movimiento conocido como “Nuevo Cine Argentino”.
En años recientes, Argentina ha seguido cosechando éxitos en festivales de cine con filmes como “El Hijo de la Novia”, “Relatos Salvajes”, “El Ciudadano Ilustre” y directores aclamados como Juan José Campanella, Lucrecia Martel y Pablo Trapero. Con actuaciones sobresalientes de intérpretes como Ricardo Darín, entre muchos otros.

Dos premios Oscar, múltiples premios Goya, un Oso de Oro de Berlín, una Palma de Oro en Cannes y nominaciones en los principales festivales del mundo dan fe del reconocido nivel artístico y técnico del cine argentino.

La edad dorada de la televisión

La televisión argentina también tuvo su época gloriosa, especialmente en las décadas de 1960 y 1990, cuando se produjeron programas emblemáticos de gran calidad en diversos géneros como telenovelas, comedias, ciclos de interés general y programas infantiles.

Figuras legendarias como Mirtha Legrand, Antonio Gasalla, Alberto Migré, Juan Carlos Altavista, Narciso Ibáñez Menta, Susana Giménez, Ricardo Darín y otros grandes actores, conductores y artistas llevaron la pantalla chica argentina a su apogeo creativo. Recordadas ficciones como “Muchacha italiana viene a casarse”, “Resistiré”, “Situación límite” y otros ciclos quedaron grabados en la memoria colectiva.

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El diario español El País, en un artículo de 2018, señaló que “la televisión argentina ha caído en una espiral de mediocridad, con programas que replican fórmulas agotadas y un bajo nivel de producción”.

La BBC también ha cuestionado la originalidad, afirmando en 2021 que “gran parte de la programación argentina imita conceptos foráneos en lugar de impulsar ideas nuevas y arriesgadas”.

El diario alemán Der Spiegel también arremetió contra el “entretenimiento chatarra que inunda la pantalla argentina”.

Asimismo, la revista británica The Economist, en un análisis de 2020, criticó el exceso de contenido de baja calidad en la programación argentina, afirmando que “la televisión argentina se ha convertido en un escaparate de programas basura y telerrealidad sin sustancia”.

El diario francés Le Monde publicó en 2019 una crítica sobre la falta de diversidad en la programación argentina: “Si bien se producen algunas series de calidad, la televisión argentina sigue estando dominada por los mismos formatos repetitivos de reality shows y ficciones ligeras que no reflejan la riqueza cultural del país”.

Asimismo, el sitio web de noticias árabe Al-Jazeera comentó en 2022 sobre la influencia de los intereses comerciales en los contenidos: “Gran parte de la programación argentina está dictada por las grandes empresas de medios que priorizan los réditos publicitarios sobre la calidad y el valor artístico”.

El último Informe Cultural de las Ciudades Mundiales, publicado en 2022 por el World Cities Culture Forum, indica que en el rubro Teatros, Buenos Aires es la cuarta ciudad del mundo en oferta de espectáculos teatrales, con 374 salas, después de París, Nueva York y Los Angeles:

  • París (863 salas)
  • Nueva York (637)
  • Los Angeles (387)
  • Buenos Aires (374)
  • Seúl (359)
  • San Pablo (294)
  • Londres (264)
  • Tokio (236)
  • Toronto (187)
  • San Francisco (163)

Buenos Aires ha sido pionera en el desarrollo de la industria creativa audiovisual en América latina, representando esta actividad casi el 10% de su economía.

Conocida por su vibrante vida cultural y su impresionante arquitectura, disfruta de altos niveles de participación con más de 80 festivales anuales.

El Festival de Tango, al que asisten 600.000 personas al año, es el más popular de la ciudad. El tango sigue siendo una importante exportación cultural, salones de baile (milongas) y concursos.

En 2009, la UNESCO reconoció oficialmente al tango como parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

También brillan el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI) y el Festival Internacional de Teatro (FIBA) se realizan desde hace más de dos décadas.

El Teatro Colón, fundado en el siglo XIX, es un teatro de ópera líder en el mundo.

El sitio web de noticias australiano News.com.au publicó en 2020 una reseña crítica sobre el nivel de la programación: “Más allá de algunas excepciones notables, la televisión argentina se ha estancado en un punto bajo de vulgaridad y falta de sustancia creativa”.

Al año siguiente, en 2021, el mismo sitio australiano volvió a criticar con dureza a la TV abierta argentina: “Mientras que la televisión por cable ofrece algunas opciones más ambiciosas, la programación de los principales canales abiertos sigue plagada de contenido insulso y repetitivo que apunta a las audiencias más bajas”.

Por su parte, el sitio especializado en televisión de España, Fórmula TV , criticó en 2019 la falta de riesgos creativos: “La televisión argentina apuesta sistemáticamente por lo seguro y comercial, desaprovechando oportunidades para innovar y ofrecer propuestas más desafiantes y originales”.

Por otra parte, el sitio web de entretenimiento polaco Naekranie criticó en 2021 la falta de contenidos alternativos: “La televisión comercial en Argentina sigue apostando casi exclusivamente por comedias y telenovelas livianas, dejando poco espacio para proyectos más audaces y diversos”.

El diario Times of India publicó en 2018 un artículo que criticó el desnivel de los libretos al tiempo que elogiaba el talento actoral argentino: “Mientras que la calidad de los guiones de las series argentinas suele ser despareja, los sólidos desempeños actorales son siempre un punto a favor que ayuda a elevar las producciones”.

Mientras tanto, el sitio brasileño Observatório da Televisão señaló en 2022 las dificultades económicas que enfrenta la industria: “Los canales y productoras argentinas suelen verse limitados por bajos presupuestos y restricciones que impactan la calidad final de sus contenidos”.

Resistiré (2003)

Desde Japón, el diario Yomiuri Shimbun destacó en 2018 la popularidad de ciertas telenovelas argentinas en Asia: “Melodramas como Resistiré, y Montecristo han encontrado un inesperado éxito entre las audiencias japonesas y de otros países asiáticos, cautivadas por sus tramas apasionadas”.

El diario belga La Libre también comentó en 2019 sobre los formatos exitosamente exportados: “Si bien no siempre alcanzan la calidad esperada, franquicias televisivas creadas en Argentina como Showmatch y Separados han logrado venderse a numerosos países”.

Defensores de la televisión argentina

No obstante, también hay voces que defienden la calidad de ciertos programas y producciones argentinas.

La revista estadounidense Variety, por ejemplo, elogió en 2021 a algunas series argentinas por su originalidad y profundidad narrativa. “Series como ‘El Marginal’ y ‘Un Gallo para Esculapio’ demuestran que la televisión argentina puede ofrecer contenido de calidad cuando se apuesta por guiones sólidos y producciones cuidadas”, señaló la publicación.

The Hollywood Reporter también aplaudió la “excelente calidad de actuación y guiones inteligentes” de algunas ficciones argentinas. En 2009 dedicó un artículo a la exitosa Rebelde Way . En 2014 publicó otra elogiosa nota sobre la adquisición en EEUU de los derechos del film argentino Relatos Salvajes, dirigido por Damián Szifron. 

El exitoso film argentino Relatos Salvajes, del director Damián Szifron, destacado por The Hollywood

El diario británico The Guardian publicó en 2020 un análisis sobre la exportación de contenidos argentinos: “A pesar de sus limitaciones presupuestarias, Argentina ha logrado exitosamente exportar formatos de ficción a varios mercados internacionales, demostrando su capacidad para crear narrativas atractivas y universales”.

Por otro lado, el diario italiano La Repubblica elogió en 2020 el talento actoral argentino aunque no de los libretos: “A pesar de las limitaciones presupuestarias, las producciones argentinas a menudo se destacan por sólidas actuaciones que elevan el nivel de guiones a veces superficiales”.

El portal web brasileño Universo Online también reconoció la popularidad de las telenovelas argentinas en su región: “Las telenovelas de Argentina han encontrado un ferviente público en Brasil gracias a sus tramas atrapantes y producción convincente”.

Por otro lado, el diario mexicano El Universal destacó en 2019 el aporte de la televisión argentina a la industria latinoamericana: “Las producciones argentinas han dejado una marca distintiva en la pantalla chica de América Latina, exportando formatos exitosos que luego son adaptados localmente”.

El periódico ruso Izvestia también comentó en 2022 sobre la creciente internacionalización de algunas series argentinas: “Títulos como El Marginal y El Reino han logrado atraer el interés de audiencias mundiales al ofrecer miradas crudas pero cautivadoras sobre aspectos de la sociedad argentina”.

Mientras tanto, el diario indio The Hindu publicó en 2020 una reseña elogiosa sobre la serie argentina El Jardín de Bronce: “Una fantástica ópera familiar visceral y épica que demuestra que Argentina puede producir dramas televisivos de la más alta calidad”.

El sitio web de entretenimiento canadiense ETCanada publicó en 2023 una nota reconociendo el auge de las producciones de ficción argentinas: “Series como La Chica Invisible y Iosi, El Espía Arrepentido han demostrado que Argentina puede generar dramas atrapantes y de alta factura que encuentran público más allá de sus fronteras”.

Desde Turquía, el periódico Hürriyet elogió en 2019 la osadía de algunas producciones argentinas: “Mientras otras industrias televisivas se han vuelto más conservadoras, Argentina sigue explorando temáticas audaces y polémicas con series que no temen hacer ruido”.

Algunos célebres actores que hacen e hicieron historia en el exterior. De izq. a der.: Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Norma Aleandro, Cecilia Roth, Héctor Alterio y Oscar Martínez (Crédito: Infobae)

El periódico árabe Al-Bayan destacó en 2019 el éxito internacional de las telenovelas argentinas: “Los melodramas televisivos realizados en Argentina han conquistado audiencias en gran parte del mundo árabe gracias a su atractiva mezcla de historias románticas con giros impactantes”.

El diario neerlandés NRC Handelsblad también comentó en 2022 sobre la internacionalización del talento: “Diversos actores, directores y guionistas argentinos han encontrado oportunidades para trabajar en proyectos internacionales gracias al reconocimiento de su habilidad artística”.

El portal de noticias francés Le Nouvel Observateur también comentó en 2022 sobre la influencia de los medios argentinos en el exterior: “A pesar de sus altibajos de calidad, varias empresas mediáticas argentinas han logrado expandir su influencia a través de alianzas estratégicas con grandes players internacionales”.

Perspectivas locales divididas

Dentro de Argentina, las opiniones sobre la calidad de la televisión también están divididas. Mientras que algunos celebran el éxito de ciertas producciones nacionales, otros lamentan la falta de diversidad y la presencia de contenido considerado de bajo nivel.

Mientras el diario La Nación ha lamentado la “decadencia de la televisión”, Página/12 ha defendido el “talento y creatividad” de ciertos programas.

Una grieta que, sin inversiones ni ingenio, no parece tener relleno. Y que hoy, dada la parálisis del sector, sugiere no tener destino ni horizonte.